sábado, 7 de abril de 2012

El caso Boudou y la presión de Clarín

El payador se refiere a las denuncias contra el vicepresidente y el juego de poder que entra en escena cada vez que el gobierno se equivoca mal y el grupo mediático más influyente de la Argentina saca provecho.



Un amigo periodista
de raza, paladar negro,
me pide que yo coplee
sobre el caso de Budú:
si el tipito es un ladrón
o si se está recomiendo
de Clarín la operación.

Queste Budú es un salame,
torpe e irresponsable
se le nota desde lejos,
pero no justo por eso
me voy a poner del lao
del juna y gran de Mañeto.

Yo no sé si don Budú
miente, roba o apoliya,
para eso está la Justicia,
esperemos su dictamen
y acatemo a pie juntilla.

A mí me enseñó la vieja
a no confiarme de naides
y menos de poderosos,
y garcas profesionales.

Yo no soy el periodista
que pueda venir acá
a esclarecer semejante
quilombazo nacional,
pero el olfato me dice
que en este caso borroso
va salir mejor parao
el que dibuje mejor.
y lleve más agua al pozo.

Es decir que don Budú
trigo limpio no parece
y goza de impunidad
porque es vicepresidente.

Además, los de Clarín,
ensañaos con el gobierno
tienen servida la mesa
con el caso de Ciccone
que está claro es un afano
de bonitas proporcione.

Así que mire, mi amigo
don Jorge Fernández Rojas,
este es un típico enredo,
y ya son varios iguales,
en que el gobierno la pifia
y detrás tiene a liones
como Clarín, muy hambrientos
de denuncias y negocios
como si ellos jueran santos
en esta misa de locos
con monaguillos traidores.

Más allá de la opinión
de un payador trasnochao,
yo creo que la Cristina
tiene que hacer más que urgente
un cursito acelerao
pa aprender a elegir
un güen vicepresidente.

Con Cobos, ella y el Néstor
la equivocaron refeo.
El tipo se les montó
con argumento patético
y la 125
se quedó puertas adentro.
Y este Budú, ya se sabe,
es más careta que naides
y cree que con su risita
de pelotudo constante
y con la viola colgada
como pendejo mutante
va gobernar un país
lleno de ricos de un lado
y gente que muere de hambre.

Usté sabe, don Fernández,
que siempre que vemo un rico
en su último modelo
polarizao y plateao,
decimo sin pestañear
“este a alguien habrá cagao”.

Entonces ya me despido,
questos cabrones me cansan,
me hacen tragar la saliva
y me arruinan la esperanza.



7 de abril de 2012


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