sábado, 29 de septiembre de 2018

Buena aventura, hermano


Marcelo Padilla se retira a la montaña. El payador le desea que encuentre y que cree paz y poesía.



Ahijuna, vamo a extrañar
a este criollo belicoso…
que en Dorrego se asentó
para bien de sus vecinos:
estos años enemigos
nos invitan a partir
a algún lado, mis amigos.

El asunto es que Padilla
va a buscar naturaleza.
Como Quiroga y Juanele,
como Thoreau y como Rilke,
andará sacándole
el sonido y el sentido
a vivir menos sacado,
contemplar los pajaritos,
caminar bajo los árboles,
escuchar pasar el río.

Yo le deseo lo mejor
mi estimao compañero.
Lo iremos a visitar
pa que no se sienta solo
y pa no sentirnos lejos
acá en el Dorrego adusto,
que el Alto nos queda grande:
no nos gusta la opulencia
y tampoco nos da el cuero.

Vayan sabiendo allá arriba
en los pagos de Las Vegas
que llega un hombre curtido
por aventuras señeras:
no se achiquen, compañeras,
peronistas, que allá va
a militar en el campo
la verdad justicialista.
Mientras tanto, si lo extraño,
miraré pa la montaña,
y sabré que este mi hermano
está tranquilo, ya lejos
de tanta pelotudez
que abruma a los citadinos.

Hasta verlo pronto, entonces.
Ojalá que las montañas
le revelen sus verdades,
usted conoce el silencio
de la hermosa cordillera
cuando amanece, y también
el sacudón del celaje.

Cuando un amigo se va
uno con él se va un poco.
La distancia no separa
si nos une la verdad
de luchar para que el mundo
no sea sólo de unos pocos.
 


Setiembre de 2018