En su tradicional copleada
de fin de año, el payador celebra las más de 20 mil entradas de su blog, señala
que los nuevos gobiernos son corresponsables de la situación actual y machaca
con la esperanza de los pobres.
Güenas
tardes, tanto tiempo,
mis estimaos
letores…
disculpen
los suspensivos…
ocurre que
hoy ando lento…
Pero ya no
más le aplico
el talero a
mi caballo
y lo hago
salir carpiendo
pa que no me
falte el verso.
Como pasa
casi siempre,
a fin de año
uno resume
lo que ha
sucedío en doce
meses de
mucha noticia,
novedades,
cambios, cosas
que uno no
se esperaba,
y al fin de
tantas jornadas
la realidá
se ha salío
con la suya,
sin que naides
pueda ya
ojetarle nada.
Yo celebro,
en un prencipio,
que los
gurises comieron,
crecieron y
han estudiao
y por lo
poco que veo
habrá que
seguir luchando
pa que este
destino siga
por donde
viene rumbiando.
Pero claro,
uno no vive
encerrao en
su tapera...
para eso
están las ventanas:
para mirar
para ajuera.
Y entonce el
panorama
se güelve
menos feliz
si se oserva
que en el mundo
la gente se
sigue odiando
y cada uno
va tirando
en contra de
los demás.
No me voy a
hacer el sabio,
porque no me
sé hacer nada,
y pa eso
está el filósofo
que piensa
por la gilada.
Pero me es
inevitable
escrebir
algunas cosas
a modo de
conclusión
deste año
respondón.
No me cabe
en ningún lao
que los
nuevos, que han ganao
güelvan con
ese discurso
de que ellos
son el orden,
el ahorro,
los modales,
la austeridá
y más bemoles
y devalúen
al toque
y favorezcan
al rico
y
remachuquen al pobre.
Qué cosa
estos capitales
que se
cuidan entre ellos
después de
haber impedío
gobernar a
los gobiernos.
Acá, sin
irnos más lejos,
en Mendoza,
por ejemplo,
la que fue
la oposición
y ahura está
en el gobierno,
se encargó
en los últimos años
de bloquear
financiamiento,
y ahura
asumen y dicen
que ha habío
despilfarro
y se
destrozan el poncho
quejándose
como si ellos
no hubieran
puesto mil palos
para estar
hoy como estamos.
Ha sío
trabajo de a dos:
errores de
los que estaban
con la
ayudita de ustedes
que no
autorizaban nada.
Sean un poco
menos chantas
y reconozcan
que hicieron
más que todo
lo posible
pa que el
anterior gobierno
no tuviera
presupuesto
ni menos
financiamiento.
Y ahura que
han conseguío
lo que nunca
concedieron
(a la “emergencia
económica”
es que me
estoy refiriendo),
ya no se
pueden seguir
quejando a
los cuatro vientos:
aministren y
gobiernen
y abandonen
los lamentos.
En cuanto al
nuevo gobierno
de la
bendita nación,
vemos que ha
comenzao
reprimiendo
y a los palos…
si la
realidá estaba
bastante
cara, por cierto,
la nueva
gestión Prat-Gay
ha puesto al
viejo pan dulce,
la leche y otros
alimentos
por el
mesmísimo cielo.
Se viene un
año ajustao,
naides lo
puede negar.
Los sueldos
ya se bajaron
por obra y
gracia del dólar,
no habrá
otra, me parece,
que empezar
a adelgazar.
Pero
entonces por qué digo
que igual
hay que festejar…
pues porque
la vida sigue,
la
democracia está viva,
y la calle
está esperando
que la gente
se lo diga.
Sin
esperanza, los pobres
somos igual
que los ricos:
que viven especulando
y llorando
como niños.
Ansina que,
güeno, naides
nos quite
nuestra alegría
de vivir,
aunque nos cueste
campujarla
cada día.
Y volviendo
al egoísmo,
yo termino
muy contento
este año tan
amarillo…
Si se fijan,
estimaos,
el blog
alcanzó hace poco
más de
veinte mil leturas,
un gran
honor que agradezco
porque un
verseador se muere
si le falta
la tribuna.
Chau, me
voy, me está esperando
una dotora
en el rancho,
que por más
sabia que sea
es realista
y no se agranda
y se levanta
temprano
y se ceba
unos amargos
pa compensar
la dulzura
deste pobre
licenciado.
Diciembre de
2015