martes, 28 de mayo de 2013

Felicidades, don López

El payador saluda a un escritor ignoto del suroeste americano, que acaba de lanzar sus textos al mundo virtual: www.juanlopeztextos.com.ar.


Maravilla es la palabra
Jáideguer tenía razón,
el ser habita en el verbo
o eso es lo que entendí yo.

Dispués vinieron Lacán
y el loco de Derridá
si los mezclás con Delés
y te tomás esa sopa
tas listo pa bolacear.

Pa mí es más simple la cosa:
la palabra me acompaña
y si no juera por ella
yo sería un gaucho triste
más secote que una suela
más chato que una medalla.

Por eso me alegré mucho
cuando supe que don López
había encontrao un lugar
donde poner sus decires,
pa que el mundo ese virtual
conozca sus cicatrices.

Porque herida es la palabra
y sangra el que escribe siempre
cuando arriesga su pellejo
ante el gremio de escritores
y ante el común de la gente.

Pobre hombre, siempre digo,
el nombre que le pusieron
ha sido muy manoseao,
que Juan López y Juan Pérez
más que bautizo precisan
que alguien venga a desnombrarlos.

«Sitio oficial» le ha llamao
don López con presunción
como si hubiera otros sitios,
donde leer sus puemas
pero risulta que no:
el anterior lo cerraron
hace un tiempo y es verdá
aunque porái aparece
como alma en pena virtual.


Qué poderosa es la güeb
naides lo discutirá,
si puede hacer de un escriba
pobretón y limitao
que vive en un caserío
un cagatintas global.

Ansí que ya sabe el mundo
que puede ingresar sin miedo
con la triple doble ve
juanlopeztextos com ar
y si les gusta el lugar
pues pasen la voz, carajo,
y no me hagan calentar
que pelo el facón y empiezo
a cortajear a los vagos
que no leen ni los chistes
que hay al final de los diarios.

Salú, don López, entonce,
y gran felicitación
a Camarda sobre todo
y también a don Marchese,
que lo han mejorao mucho
y en vez de un inoto vate,
hombre de versos parece.


Mayo de 2013

sábado, 25 de mayo de 2013

La infanta de la corona española, acusada de meter la mano en la lata


El payador repasa los diarios y se topa con una noticia que se venía anunciando. Y anuncia el festejo del 25 de mayo.



Tristeza no tiene fin
reza el verso de Jobim
y tristeza lo embargó
a este gaucho cimarrón
cuando la infanta no pudo
zafar de la corrupción.

Toy hablando de Cristina,
la hija del rey Juan Carlos
y de la reina Sofía,
casada con el Iñaki,
más rápido que ligero
pa conseguir plata gratis.

La pobrecita Cristina
aún no ha podío zafar
de la Justicia española
que la encuentra sospechosa
de evadir y de blanquear
unos dineros reales.

Quién puede ser tan ingenuo,
o más bien caído del catre
que puede confiar siquiera
en alguna monarquía,
si se sabe que se hicieron
robando todos los días
al pueblo, que laburaba
mientras en los palacetes
la joda se perpetuaba.

Una pena, la verdá,
que gente tan nobiliaria
que podría representar
algún conceto elevado
rispete la tradición
y continúe robando.

Será que viene en la sangre
esto de vivir de arriba:
no hay forma, ni hay que buscarla,
de hacer trabajar a un noble
y menos si tiene sangre
azul y todo ese verso
que les permite vivir
a costa del pobre pueblo.

Mi tata me enseñó siempre
a desconfiar del careta
que se viste muy bonito
y se da la güena vida:
«fíjese, mijo, decía,
detrás del brillo se escuenden
las miserias de la vida».

Menos mal que un 25
de mayo nos dimos cuenta
que teníamos que zafar
de esta triste parentela.

Aprovecho pa dejarles
un ¡Viva la Patria, ahijuna!
y me voy pa la cocina
que me espera el picadillo
y las tapas de empanadas:
vamo a hacer unos pasteles
pa recordar esa gesta
que unos añitos dispués
nos liberó al fin del godo
y nos trajo la alegría,
de vivir en libertad
y aplastar la monarquía.



Mayo de 2013






viernes, 17 de mayo de 2013

Cuando muere un genocida, no hay que ponerse contento



El payador reflexiona sobre la muerte de Jorge Rafael Videla.



Hoy murió don Rafael
aunque no deba tratarse
de «don» a este tipo malo
que con su equipo nefasto
mandó al país al cadalso.

Esta mañana se jue
(dicen «muerte natural»),
en prisión, como se debe,
el genocida mayor
que la Argentina recuerde.

Primero sentí alegría
y me dije «no está bien
alegrarse por la muerte»
y dispués me dio tristeza
porque Jorge Rafael
se llevó a la tumba cosas
que necesitan certeza.

Declaró el otro día
que la memoria le falla
que no ricuerda ni dónde
ni a quiénes asesinó,
ni las órdenes que dio
cuando era el que mandaba.

Ansí que, amigos letores,
este no es día feliz,
porque el silencio cospira
y escabulle la verdá
sobre miles de personas,
mujeres, hombres, bebés
robados y torturados
que están desaparecidos
y los seguimos buscando.

Mucha pena hay que sentir
por el silencio que deja
este asesino maldito,
cruel, impiadoso, perverso
que no merece ni medio
ni un segundo de silencio.

Sigamos nuestro camino
buscando siempre justicia,
son muchos los argentinos
que cargan con esta deuda
y somos todos, sin duda,
los que queremos rispuestas.

Adiós, no voy a brindar
porque murió la serpiente
más venenosa, sin duda,
de la junta militar,
con perdón del animal
que nada tiene que ver
con este bicho bestial
que se ponía uniforme
para salir a matar.


Mayo de 2013