viernes, 12 de abril de 2019

Le ha salido un Durán Barba al bueno de Hernán Cortes


El payador fustiga a un cagatintas que defiende teorías que intentan relativizar el desastre que ocasionó la invasión de Europa a la actual América.



«… Y es cierto que del día que D. Hernando Cortés, marqués del Valle, entró en esta tierra, en los siete años, poco más o menos, que la conquistó y gobernó, padecieron los naturales grandes muertes, y se les hicieron grandes malos tratamientos, robos y fuerzas, aprovechándose de sus personas y haciendas, sin orden, peso ni medida; disminuyóse la gente en gran cantidad, así por los excesivos tributos, y malos tratamientos, como por enfermedades y viruelas, de manera que en este tiempo faltó muy grande y notable parte de la gente, y en especial en tierras calientes». (Oidor licenciado Francisco Ceynos, miembro de la Real Audiencia de la Ciudad de México. Este texto data de 1565 y pertenece a un informe sobre la tragedia demográfica –eufemismo de masacre humanitaria– de la invasión de la Corona española a lo que hoy conocemos como México).



La verdá, me da tristeza
escrebir destas cuestiones
y destapar cacerolas
atestadas de mentiras,
porque muchísimas almas
murieron exterminadas
con la conquista española.

Ocurre que hace unos días
un cagatintas fachote
reveló que está seguro
que la invasión española
a lo que hoy es América
fue un bien y no fue un mal
y sandeces del estilo
que solamente un zapallo
(pido perdón a la baya
que nada tiene de malo)
puede sostener tranquilo.
y encima hacerlo sin miedo
ni ponerse colorao,
al parecer siente orgullo
(así parece que son
en todos lados los turros).

Entre sus muchos berrinches,
este muchacho perdido
y con tremendo matete
se quejó de que critiquen
a su amigo Hernán Cortés.
El mismo que llegó a México
por mandato de sus reyes
a conquistar lo que viera
e imponer sin miramientos
sus muy comprensivas leyes.

El argumento es tremendo:
«no se mató tanto», dicen,
«la leyenda negra es verso».
O sea que están admitiendo
que matarse, se mató,
pero piden por favor
que les hagamos descuento.

Ansina es que, señores
y señoras, ya lo saben:
muy tarde pero seguro
le ha nacido un Durán Barba
al exterminio español.
Es opinólogo experto,
sabe de todo y de nada
y no soporta ni un poco
que con sentido común
la machuquen sus pavadas.

Lo grave o lo más patético
es que el tipo no está solo:
al contrario, él se nutre
de una corriente que niega
el exterminio español:
se están lavando las manos
y enjuagando mucha sangre
como si fuera posible
exculpar tanta masacre.

Es más, se dice que están
organizando una gran
movida para tapar
tanta muerte ocasionada:
van nomás a postular
que a Cortés se lo declare
Premio Nobel de la Paz.
Si se lo dieron a Obama,
que mandó a matar a niños,
niñas y enteras familias
en Oriente y donde sea,
–como es deber asignado
a todo líder de OTAN–,
cómo no va a merecer
el güenazo de Cortés
un premio por su inocencia,
su templanza y candidez.

Está cantado, letores,
ha surgido botarates
que no tiene corazón,
solamente se acomodan
para decir sus sandeces
siempre cerca del poder
como cabe a defensores
del invasor. Habrían sido,
en esa época, sin dudas,
traidores de sus hermanos
porque además, es vox populi:
estos soldados a sueldo,
padecen de imperiofilia,
una afección que, se cree,
no viene de la familia.

De todos modos es raro
que este loco personaje,
entre tantas veleidades
y poses de inteligente,
se jacte de su ateísmo
y a la vez crea y sostenga
verdades como absolutas…
Para pensarlo, ¿no creen?
(Perdón, se me fue la rima).

Estoy triste, la verdad,
es que me duele en el alma
que agredan a mis ancestros.
Sí, señores, tengo sangre
nativa y eso me obliga
más que a cualquiera, les juro,
a denunciar a "españoles"
que no saben lo que dicen
o que, peor, ya no hay dudas,
reniegan de las raíces.

No mento su gracia aquí
porque este asunto es muy grave
y, a diferencia de él,
no soy prensero de naides
y mucho menos vocero
de ciertas autoridades.
(No interesan las personas,
discutamos las ideas).
Sólo me mueve el espanto
y la soberbia supina
que a algunos con los años
parece que les aumenta
y ya no pueden medirla
para mal de los salames
que intentamos que se bajen
de un pedestalcito armado
con verdad de utilería.

Ya me voy, estoy cansado
de enojarme con pendejos,
opinólogos berretas,
cagatintas nada humildes
que no soportan, repito,
que no siempre los adulen
como si fueran verdades
las boludeces que dicen.



Abril de 2019.