lunes, 28 de enero de 2019

Mendotrán 1 - Revolución de lo sencillo 0

El payador sostiene que el intento de cambio en el sistema de transporte en Mendoza es la primera medida arriesgada del gobierno local. Y demuestra que gobernar no es simple, como miente el contradictorio eslogan "la revolución de lo sencillo".

Quién se lo iba a imaginar:
finalmente apareció
un acto de gobernar
tomando riesgo y actuando
más allá de las palabras
y la cruda realidad.
Queda claro: no es sencillo,
ni mucho menos, cambiar.

Me estoy refiriendo aquí
a la tan mentada frase,
eslogan o disparate
que se escuchaba seguido
de la boca prolijita
del gobierno provincial
y le dieron en llamar
"La revolución de lo sencillo".
Me tengo que disculpar:
es imposible rimar
en coplas, en ocho sílabas
semejante verso pobre
que se olvida de la historia
y pretende reducir
revolución «de verdad»
a cambio con mezquindad.

No es sencillo gobernar
si lo que se quiere en serio
es dar vuelta una estructura
como vienen intentando
con el nuevo Mendotrán.

Eso sí, es buen ejemplo
del Estado trabajando
para aumentar la ganancia
del empresaurio micrero.

Es un quilombo importante:
no se traga con eslóganes
el trastorno cotidiano
de buscar micro en la calle
y en general fracasar.

Por más que los pinten lindos,
si no coordinan horarios
los micros podrán pasar
y la gente mirará
cómo el tiempo se le esfuma
esperando que algún día
algún bondi se detenga
y la lleve a trabajar.

Dicen las lenguas malignas
(que no quieren ningún cambio)
que este nuevo sistema
no sirve para un carajo.
Yo, la verdad, no lo sé.

Sólo puedo atestiguar
que cuando paso al galope
con mi pingo por la calle
(es decir en mi Zanella
y modelo Sapucái),
veo llenas las paradas
de víctimas del sistema
llamado multimodal.
A veces hasta parecen
reuniones de religiosos
que se juntan en la cuadra
y salen a predicar:
hay de todas las edades
soñando con embarcar.

Los compadezco de veras
no tener ni una carreta
para llegar al trabajo,
al hospital, donde sea,
remotamente puntual.

No pierdan las esperanzas,
estimados pasajeros:
lo sencillo es complicao
y esto del Mendotrán
seguirá siendo un espanto
hasta que muy de a poquito
se va a ir acomodando
a costa, no hay que dudarlo,
de nuestra incomodidad.



Es cierto –tampoco hagamos,
la de sólo ver lo malo–
que hay barrios donde no había
micros de ninguna clase,
y ahora al menos tienen uno
que los lleva y que los trae.
Pero también es verdad
que es por lo menos ridículo
pensar que con Gúguel Map
todo tiene solución:
hay mucha gente sin brújula
que no maneja esmarfón.

«Lo barato sale caro»,
me decía la finada
de mi mama, y tenía
la más bendita razón:
por ahorrarse unos manguitos
por pereza, por soberbia
o por incapacidad,
tuvieron que dejar gratis
los pasajes por un tiempo,
si no se corría el riesgo
de una pueblada ejemplar.

Ojalá que de ahora en más,
termine como termine
este asunto del transporte,
no vuelva el gobierno a hablar
de sencillez si hay quilombo.
Gobernar es complicao,
ha quedado demostrao
gracias a este intento ciego
de cambiar cosas profundas
con torpeza y sin dinero.

De todos modos se viene
un horizonte nublado
que se verá cuando empiecen
las clases prontito, en marzo.
Ahí te quiero ver entonces,
estimado Mendotrán…
Ojalá los chicos lleguen
–eso quiero y eso espero–
a la escuela o al colegio
al menos para el recreo.



Febrero de 2019

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