El payador cuenta la historia de un extravío animal y, como es su costumbre, deja una moraleja.
A Felipe, Santino, Isabel, Violeta, Valeriano y Julián.
Esta es una historia larga
pero que quiero hacer corta.
Es la copla de una perra
que se perdió de su hogar
por ir ande no debía
a conocer más el mundo…
y ansí le fue a la muy pobre:
se extravió de su terruño.
“Tina” es la gracia e la perra
que cuando estaba en su casa
no era animal muy correcto,
que es lo mesmo que decir
que bien no se comportaba.
Hacía sus necesidades
más tremendas y olorosas
en lugares no debidos:
en la alfombra, en la cocina
o arriba de los juguetes
donde dormían los niños.
Ansí que imaginensé
lo que Tina con su tono
bastante insurrecionado
provocaba en la familia
que la tenía a su cuidao.
En la vereda, ni hablar:
Tina toreaba y torea
a cuanto vecino pasa
y esto ocasiona temblor
en los tobillos del pobre
transeúnte distraído
que se acerca a nuestra casa.
También suele romper plantas,
hacer pis donde no debe,
almorzar en el felpudo
y dormir como una pancha
hecha todo un bollo e lana
en el sofá de la casa.
Incluso a veces le salta
a la cola a la patrona,
le levanta la pollera
y le araña los cachetes
y la deja hecha de goma.
Pero la Tina es ansí,
qué le vamo a hacer, señores,
que al otro no lo queremos
porque tenga más menciones.
Le hemos dicho ya mil veces:
“Tinita, eso no se hace”
y la perra que nos mira
y se traga el disco PARE.
Entonces para entender
el porqué deste misterio
me pongo a riflesionar
a ver si aclaro lo oscuro
o si a pesar del esfuerzo
obnubilao me quedo.
Cuando uno se enamora
de un animal o persona,
no sabe por qué lo hace
y en el caso de la Tina,
perrita desobediente,
el afecto es lo que prima.
Por eso cuando la choca
díscola y maleducada
una noche se perdió,
contra todos los pronósticos
la familia la estrañó.
A la vez, la perra Mara,
mucho más vieja y esperta,
acusó el golpe de ausencia
de su loca compañera.
Ahijuna, Tina y la gran…
volvé, perra picarona,
dónde te habrás escondío,
te queremos, a pesar
de que seás un peligro.
Los gurise e la familia
López Molina y Padilla
salieron por todo el barrio
a campear a la perrita,
pero el principio el otoño
había borrao las huellas
en la vedera infinita.
Ansí pasó un día entero
y Tina no aparecía…
hasta que entrada la noche
la volvimos a encontrar
en la puerta de la casa
donde, solita su alma,
ella supo rigresar
con cara de “yo no fui,
y acá no ha pasao nada”.
Dónde habrás dormío anoche
reina e los aventureros,
en qué puente e Dorrego
bajo qué bendita acequia
te habrás echao una siesta…
Cuántos perros cimarrones
te habrán querido llevar
engañada a alguna fiesta,
pero vos no los seguiste
porque sos bicha intuitiva,
independiente y tremenda.
Cuántas bolsas de residuos
habrás roto en tu periplo
por la barriada profunda.
También habrás asectao
uno que otro mendrugo
que algún gurí generoso
seguro te ha convidao.
Muy flaca no se te vio
al rigresar al hogar,
que un día sin alimento
a un animal bien comido
mucho no puede afetar.
Te habrás mirao al espejo
en el charco de algún un pozo
desos hermosos que abundan
destapaos y al sereno
llenos e lluvia y estrellas
en el querido Dorrego.
O en alguna acequia angosta
habrás disfrutao frescura
en este otoño que empieza
cuando el verano madura.
Y ansí para concluir
yo dejo esta riflesión:
no se sabe por qué se ama,
ni se ama lo perfeto.
Por eso este animalito
despeinao e insurrecto
al irse y al rigresar
nos dio tremenda lesión,
pues con Tina ya en la casa
los corazones de todos
volvieron a su función.
Ah, perra de mis amores,
cuzco peludo y agreste,
qué güeno que hayas volvido
a ladrar entre tu gente.
Ojalá esta copla sirva
pal que quiera comprender
que lo raro, loco y bello
además de lo incorrecto
no es difícil de querer.
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Mendoza, 26 de marzo de 2012
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