Alusiones a las distintas “clases” de escritores: los auténticos y sufridos, los engreídos que nadie lee, los que siempre escriben igual, los garcas que son pura biblioteca y acomodo. Y también unas estrofas para los best-sellers.
El tema literatura
es asunto complicao,
no quiero herir a colegas
así que toy embromao.
Hay un grupo interesante,
se llaman “autogestivos”:
se pelan hasta los codos
lo que hacen es bello y digno.
Lo importante es escrebir,
publicar es complicao:
ni se le ocurra ir a Zeta,
porque ha de salir fregao.
También están los que vienen
formateaos de Güenosaire,
con metáforas más frías
que Riquelme en Calafate.
Esos no escriben poesía
sino puras entelequias,
el verso pasa para ellos
por la epistemología.
Dicen que el canon son ellos,
mire qué cosa graciosa,
y lo que escriben lo lee
con suerte solo la esposa.
Es el problema que tienen:
escriben para escritores,
y el pueblo los mira asorto,
no comprende sus canciones.
La Leónidas ha salido
pa meter palo por palo,
veremo si los muchachos
tienen cuero para tanto.
También están los de siempre,
que se viven repitiendo,
esos hace años que comen
fideos con el mesmo pesto.
Dispués está el escritor garca,
que invita a comer manjares
a escritores estranjeros
a su muy bonita casa.
Los nabos piensan que el arte
pasa por llenar la panza.
Del otro lao se asoman
los escritores malditos,
le meten el cuerpo al arte
y por ahí salen fritos
porque se sabe que siempre
el maldito queda solo
gritando sus tres verdades
y no lo escucha ni mongo.
Yo no sé cuál es la clave,
si la encuentro me hago rico:
cada cual con su receta,
cada cual con su librito.
En lo que sí coincidimos
es en no leer best-sellers,
eso es papel rellenao
de intrigas hechas al cuete.
Pero la gente las compra,
consume kilos de mierda,
encuadernada pal orto
y escrita como la mesma.
Entonces si pa triunfar
hay que escribir como Cohelo,
volvamos a los cuentitos
y olvidemos el celebro.
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