El payador desnuda su filosofía chovinista, critica la actual administración cultural de la provincia y desvela una censura del gobierno.
El asunto e la cultura
es pa agarrarse a las piñas
que tantas esplicacione
no sirven pa definir
política cultural
que vaya para la gente
que crea acá en la provincia.
Este payador medita
siempre al alba y al sereno
y ha descubierto que acá
política cultural
no es cultura ni es política
y deste asunto complejo
casi naides sabe un bledo.
Los equipos de gestión
del estao suelen ser
rejuntaos de personas
que más que amarse se odian
y tiran para la olla
de cada cual por su cuenta
y ansí nos va pa la mesma
y nunca llegamo a nada,
más que a gente reclamando
que le pongan su teatrito,
que le publiquen sus versos
o le compren instrumentos
o le paguen un sueldito.
Dicen que el libro es cultura
y esa no es verdá barata
pero pa ler lo primero
es tener llena la guata.
Cien mangos vale tu libro
che Dolina disgraciao
pero yo tengo pensao
qué voy a hacer pa ler:
lunes y martes siguro
voy a dejar de comer.
Además, con esa tela
yo me compro un buen asao
o diez kilo e berenjena
y tenemo pa comer
desayuno, almuerzo y cena.
Y por si esto juera poco
yo me digo y me prigunto
cuál es la necesidá
de traerlo a don Dolina
bien pagao a la ciudá.
No se ofenda el escritor
que se inventó al Ángel Gris
y otras obras muy geniales
ispirao en Marechal
y en el Adán Güenosaire.
Con usté y su gran obra
la mitología porteña
alcanzó todo el país.
Yo le tengo gran rispeto,
usté es un gran creador,
naides niega su talento,
su gracia y honestidá,
pero en la oportunidá
no estamo hablando deso.
Yo soy gaucho chovinista,
eso cualquiera lo sabe,
que sale al cruce del criollo
vende Cuyo y vende humo
que aministra nuestro teatro
Independencia querido
como si juera un gran circo
esclusivo pa porteños
o pa artistas millonarios
si vamo a hablar en serio.
Que da un mucho e vergüenza
ver al artista menduco
mendigar lo que le cupo
desde un principio e la historia:
actuar para la memoria
y pa la gente e su tierra.
Pero no, lo juncionario
de cultura son cholulos:
quieren codearse con gente
de la farándula toda.
Adoran a los famosos
y les chupan bien las medias
y ni hablar de la fortuna
que le pagan cada año
a todas estas “estrellas”.
Pa qué queremo escuchar
dos mil veces a León Gieco,
a Charly, la Mosca o Drésler,
si ajuera están esperando
los Chancho Va o los Trova
o cualquier banda menduca
que tiene mejor estrofa.
Ansí que pido a esta gente
que gestiona cuatro años
el destino e la cultura
que deje de boludear
con tanto brillo prestao
que acá en Mendoza tenemo
artistas para llenar
mil veces el mesmo estadio.
No digo que esta gestión
sea la única pifiada:
los dislates culturales
tienen años de añejada.
Y ya pa finalizar
quiero referirme a un hecho
muy reciente y delicao
y que dicho sea de paso
da un poco bastante de asco:
una obra ganadora
del gran premio literario
debió de cambiar su nombre
a pedido de los bichos
que aministran la cultura.
El drama se titulaba
“Conchudo”, ansí nomás,
y los curas que funcionan
en el Banco Hipotecario
insistieron pa cambiar
el nombre por otro más
digerible o que permita
que los pacatos menducos
no se sonrojen si dentran
y ven en letra gigante
la palabrita “Conchudo”
tapando la hermosa cara
del teatro Independencia.
Lo pior fue que esta propuesta
fue acectada por la autora,
ella tendrá sus razones,
la rispeto pero sepa
lo quel payador cuestiona.
Ansí que, güeno, yo digo
que no me gusta un pepino
gente tan bien educada
pero tan poco leída
que utiliza su poder
pa cambiarle las palabras
a lo que escribió una autora
con su cabeza encendida
y su verba emocionada.
Por todas estas razones
me voy por donde he venío:
a mi rancho calentito.
Naides me dicta qué escribo,
por eso soy orgulloso
destar sin pelo en la lengua.
Solamente mi concencia,
mi chinita y mis amigos
alegran la soledá
deste payador esquivo.
Marzo de 2012
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