El payador incorrecto se confiesa y sale al ruedo

Por Juan López
Dedicado a mi madrecita, Chicha Brandi, que me enseñó a mirar,
a aprender y a no dejarme convencer.



Introducción

A Marcelo Padilla (Marmat), gaucho rudo si los hay.

Nel medio del camino e mi vida,
mejor dicho bastante pasadito,
tres años dispués de escrebir
como embrujao una Vendimia
me volvió el mal de la copla
no paro e versificar.


Me esplico: una copla son
cuatro versos otosílabos
que riman en líneas pares,
además, asonantaos,
es decir que solo cuenta
el sonido e las vocales.

Yo me tomo mis licencias:
no siempre rimo en las pares,
que mi soltura no es tanta
como la de Santos Vega,
Ascasubi o Juan Sin Ropa,
verdaderos artesanos
que han hecho brillar la copla.

Será alguna medecina
de las tantas quey tomao
en esta convalecencia
que ya me tiene fregao.

Por eso aquí se prisenta
el "payador incorrecto",
pa que lean entre ustedes
y ver si les causa efeto.

Esto ricién da comienzo,
queda mucho tema ajuera,
pero pal aperitivo
ta muy bien, dice mi suegra.

Saludos y no dijundan,
sin permiso mis coplitas:
no querrán caer en cana,
Almajuerte no es bonita.

El payador se despide reflexionando

Me dirán no quiero a naides,
yo tampoco a mí me quiero,
no saben cuánta terapia
hey hecho pa estar entero.

Y ansí vamos ricorriendo
la vida a los trompezones,
amanecemos felices,
nos acostamos llorones.

Por suerte esisten amigos
y críos que aún nos quieren,
vamo sentando cabeza
gracias a nuestras mujeres.

Pero no parto sin antes
saludar a don Marmat,
gauchos rudos habré visto
pero ninguno tan leal.

Dispués de varias tormentas
y una pila e desarreglos,
en ese criollo he encontrao
un hermano en el disierto.

El payador se va yendo
no sin antes sentenciar:
la vida es flor de mesterio
imposible de esplicar.


(En la tapera del callejón Guayaquil, febrero/marzo de 2012, tarde y arrepentido, como siempre).