Seguridad

Nuestro payador, famoso por su moral taxativa, toca el delicado tema de la seguridad.

No hay nada más inseguro
que hablar de seguridá.
Unos piensan como uno,
otros piensan más allá.

A mí una vez me robaron
la ilusión, no la encontré
en los “ojetos perdidos”.
Ansí que ansí me quedé,
esperando que algún día
de la mano de algún mago
la ilusión se me degüelva
sin causar ningún estrago.

Yo fui una vez a un bolsón
de riqueza que le dicen:
vi casas remillonarias,
autos que ni imaginás
que esisten en la galasia,
y áhi nomás riflesioné:
no puede haber igualdá
si esta gente tiene tanto
y otros no pueden morfar.

Ansí que soy pesimista,
lo mire por donde sea:
si los ricos no le aflojan,
y creen que zafan bien
haciendo beneficencia,
que no esperen que no roben
ni les entren a la casa
o maten la parentela.
La desigualdad es causa
de todo tipo e violencia.

Ansí que por el momento
no quieran vivir sin rejas.
Capitalismo es la guerra
entre el que tiene y lo goza
y el que no tiene y se muere
de a poquito con su pena.

Si no te invito a meterte
a cualquier villamiseria.
Traételos a Pescarmona,
a Groisman o a Cartellone.
Dejalos una semana
entre tanto desamparo,
si no empiezan a los golpes
yo me corto las dos manos.

El mundo no va cambiar,
es muy grande para eso.
Tratá de cambiar tu casa,
lo que enseñás a tus hijos.
Que compartan la tortita,
que se vayan de la mano
protegíos, no solitos.

Si vos sos un tarambana
que ve todo el día la tele,
no esperés que tus pequeños
salgan sanos de la mente.

Sacalos al aire libre,
aunque libre nada quede.
Enseñales a hacer juego
con palitos y con hojas.
Que sepan que el frío es duro,
y que si dura te duele.

Naides puede asigurarte
la felicidá por siempre.
Esa es la ley de la vida,
si no, no valorarías
lo poco que has conseguío.
Cuidalo, porque no es tuyo,
te llegó o te lo ganaste,
pero se puede esfumar
más rápido que una nube,
porque, como dijo un sabio,
el que tiene nada tiene
y todo lo que se guarda
al final un día se pudre.