Dispués de la judicial,
la de los legisladores
es la casta más cerrada,
tienen tantos privilegios
que enumerarlos me cansa.
Vacacionan todos juntos
en enero sin tardanza,
en el recinto se matan
y ajuera se prestan plata.
Legislar es para ellos
como pal ama de casa,
hacen un guiso con todo
y al que le caiga le caiga.
Cuando atienden a la prensa
se hacen los especialistas
y no tienen puta idea
de lo que lleva su firma.
Si voy distraído y piso
vereda legislativa,
pego un salto y me voy lejos:
la vagancia es pegadiza.
Pido disculpas a todos
los que viven en la Casa,
está bien, los eligió el pueblo,
pero con eso no basta.
Arremánguense un poquito
(no mucho, no vaya ser
que se cansen, pobrecitos),
que el pueblo sigue en la lona,
continúa habiendo hambre
y ustedes la pasan bomba.
Podrían tirar, yo digo,
un gesto de auteridá
y proponer que cada uno
que labura en el gobierno
se pague su propio y lindo
teléfono celular.
Con qué sentido un obrero
debe pagar sus llamadas
y un juncionario e gobierno
las tiene gratis y encima
se pavea como tonto
todo el día meta usar
su blaberry gratarola
ahijuna, qué necedá.
Yo jui un tarado desos
y estoy muy arrepentío
por esto entre otras cosas
estas coplas he tejío.
Yo les digo que si sacan
la cuenta de cuánto gasta
el gobierno en celulare
no será gran cantidad
pero sí muy suficiente
pa pagar insumos médicos
aunque sea por un mes
y que siempre haya curitas
para el herido indigente.
Si ustedes cobran promedio
diez lucas todos los meses
no veo cuál sacrificio
tienen que hacer pa pagarse
teléfono de una luca
con abono de trescientos.
Güeno, áhi tienen una idea
que no salvará el gran déficit
pero que sí será un gesto
de ahorro, que vienen bien
pal ciudadano que ve
cómo los representantes
del pueblo viven con oro
y ellos en barro se mueren.
Este payador propuso
lo que acaba de contar
cuando era juncionario:
ni media bola le dieron.
Salieron con argumentos
técnicos y burocráticos:
que comprar mil celulares
pa todos los juncionarios
es remucho más barato.
Mirá qué vivos los tipos,
no hay nada mejor que ahorrar
con plata que no es de uno.
Semejante mentirita
ni un distráido se la traga,
pero güeno, le aseguro:
muy pronto saltará alguno
con pógüer point en la mano
a defender privilegios
y seguiremos seguro
en el lugar donde estamo.
Señores, su sueldos altos
comparaos con un obrero
son suficiente ventaja
y justifica de sobra
pa que se paguen solitos
su teléfonos brillantes
y se acerquen aunque sean
un milímetro a ese pueblo
por el que, dicen, trabajan.
Pero ahura ya es muy tarde
porque las licitaciones
se abrochan por varios años
y así las corporaciones
se aseguran privilegios
por un lustro por lo menos.
Y no creo que haiga en todos
los poderes de que hablamos
uno solito con güevo
o con poder verdadero
pa bajar ni en un centavo
ese maldito contrato.
Entonces sepan, señores,
que cada vez que se marcan
un numerito en sus bellos
y caritos smartphones
hay un niño sin curitas
esperando que le den
un consuelo a sus dolores.
Además, riconozcamos
que pa algunos sería bravo
devolver el aparato
pues sin duda el blaberry
es lo más ágil y lúcido
e inteligente que tienen.
Ya me calenté y me voy
mejor a dar una ducha
porque me pone muy malo
que privilegios de ricos
prosigan siendo avalados
y vigentes por la noble
y triste Legislatura.
Voy a vestirme elegante
aunque ando medio rengo
porque tengo nada menos
y en un ratito nomás
quel casorio de un hermano
el gran Piolín o, si quieren,
el amigo Gabo Espejo.
Abril de 2012
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