Donde se anuncia, justo para la Pascua de Resurrección, que el payador incorrecto consiguió imagen propia. Los lectores pueden ya conocer su verdadero porte y rostro, adaptado a la dureza de su vida trovadoresca.
Dispués de acaloradas
y gritadas discusiones
con la asesora de imagen,
el payador consiguió
por fin un cuerpo pa verse
reflejao en la realidá.
Que con solo sus palabras
el hombre no se sentía
como del todo verdá.
Y hasta tuvo la resuerte
de encontrar un dibujante
de los virtuales mejores
que ni el gran Alonso emparda.
Estamos hablando aquí
de Don Juan Pablo Camarda.
No sé si es casualidá
que en Pascua e Resurresión
haya procurao el gaucho
pura verba y corazón
un cuerpo y toda una imagen
pa seguir poniendolé
coplas con rima y con metro
a los problemas que acucian
a nuestra hermosa nación
o a las tristezas más simples
de la mujer y del hombre
que luchan con esperanza
por una vida mejor
y un horizonte sin trampas.
Bienvenido, payador,
al mundo virtual completo.
Ya sabemos cómo es
su cara y su cuerpo entero.
Disfrutelós lo que pueda
y lárguese ya a coplear
que la tarde de domingo
es muy güena traicionera
y lo puede silenciar.
8 de abril de 2012
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