martes, 26 de febrero de 2013

Pobrecita la Vendimia

Se enfurece el payador por la avaricia de los bodegueros, que sacan provecho de los festejos vendimiales sin poner casi nada.



Yo no sé de la Vendimia
más de lo que sabe un lego
pero conozco verdades
porque soy un criollo viejo.
Una dellas, mis amigos,
es que hay pocos amarretes
como nuestros bodegueros.

Risulta quel mendocino
para marzo y pa febrero
le pone todas las fichas
al festejo principal
pero la gran mayoría
del dinero de los actos
la pone toda el gobierno.

Andá a sacale un chelín
a un enólogo canchero
que te cuida una bodega
de capital estranjero.
Imposible, compañero,
aunque toda la provincia
les promocione sus vinos
no son culo de aflojar
ni el agua pa los floreros.

Por eso, nos damos cuenta,
sabe tan amargo el vino
que hacen estos filisteos
que ganan premios ajuera
y paladas de dinero
pero acá nunca la ponen
porque, es simple y muy direto:
esta gente no es del pueblo.

Son empresario caretas
que lucran con el ejuerzo
de humiles trabajadores
y de empleaditos a sueldo
y cuando no te das cuenta
ellos suman, nunca restan
y no les pidás ayuda
que se largan a llorar
y dispués suben los precios.

Pobrecita la Vendimia
que les da morfi a estos cuervos,
su lógica es la ganancia
haciendo el menor ejuerzo
y encima hay que soportar
que se hagan los petiteros.

A todo esto, es muy curioso
cómo calla el periodismo
estas miserias sabidas
por cualquiera que conozca
que abajo del pie está el suelo.
Será que con dos botellas
y un ágape los silencian
(hablá mal de un bodeguero
y la empresa te escarmienta).

Qué feo es sentir vergüenza
y no orgullo por mi tierra
pero con tantos ejemplos
de voracidá visible
y de avaricia encubierta
no me pidan que festeje
y mucho menos que brinde…
La Vendimia a mí me duele
con tanto garca de fiesta.



Febrero de 2013

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