martes, 21 de agosto de 2012

Sobre el himno de Mendoza

El payador resume un desaguisado de la administración de Cultura y le pide al Gobierno que quite a la Virgen e incluya a los pueblos originarios en la letra ganadora.
 

Qué endiablada la cuestión
de tener un hino patrio
si Mendoza no es nación
y quiere su propio canto.

El gobierno de Cultura
llamó a concurso abierto
para ver quién se escrebía
un hino puro y direto.

Mucha gente se prendió
de la propuesta oficial
y luego e deliberar
un docto jurao lanzó
la letra que más gustó.

Pero risultó que al toque
periodistas y escritores
criticaron esos versos
y dejaron entrever
que lo que más les jodía
era que los había escrito
no una pluma muy famosa
sino una humilde señora
eso sí ella muy donosa,
ama de casa y a secas
pa pena de cagatintas,
juncionarios y poetas.

Los muy miserables vieron
como afrenta esta victoria
y lanzaron sus diatribas
cuestionando la factura
de los versos de la doña.

La verdá sea dicha acá:
hay que ser muy miserable
pa pegarle a un ganador
cuando ha sido coronao
como el mucho más mejor.

Es ser llorones, rastreros,
en síntesis, mala gente
celosa tal vez, supongo,
por haber perdío el concurso
a manos de ama de casa
que entre mate y sopaipilla
les rimó y los dejó a gatas.

Esta triste realidá
no puede ocultar a otra
que surge de la letura
de la letra ganadora:
sobra una cosa y le falta
otra grave al hino este:
le sobra la Virgen santa,
que este es un Estao laico
y nada tiene que ver
que los niños que no creen
en Cristo ni cosas desas
anden entonando versos
a la Virgen en la escuela.

Y le falta algo más grave
a este verso, quel jurado
que se dice muy letrao
aprobó derecho viejo:
ni un verso ni una palabra
sobre los guarpes, mapuches,
como usté quiera llamarlos.

Mansa elisión, manso hueco
que tiene el hino a Mendoza:
desconoce nada menos
que a quienes pisaron antes
este suelo y que merecen
al menos un buen ricuerdo.
Qué papelón, che jurao,
comerte sin vino ni agua
en tantas estrofas güenas
nada más y nada menos
que a los dueños desta tierra.

Y no para hipocresiar
luego de haberlos matao,
que nada puede tapar
semejante genocidio,
sino porque la justicia
tiene que llegar al menos
en forma de poesía
a estos tan mentaos versos.

Ansí estamo, mis letores,
con un hino bien ganao
escrito por una hermosa
ama de casa y muy ducha,
con la pluma o el teclao;
y que dejó renegaos
a los Nobel de Mendoza,
que no pudieron rimar
tonada con refalosa.

Ya me voy, pero aconsejo
a don Paco, ya que estamo,
antes quel pueblo se espante,
que saque a la Virgen santa
y meta pronto a los guarpes.


Agosto de 2012




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